UN LUGAR IDÍLICO
Creo que para un lugar sea idílico, debe contener todo aquello que más quieres y necesitas. El agudo lugar en sí me da igual, no pienso en una azulosa playa, o en una deliciosa casa en la excitante montaña con unas vistas preciosas todas las vibrantes mañanas al levantarme; pienso en la delicada gente que me puede acompañar y en lo que me puede hacer feliz.
El hecho de ver a tus pequeños amigos, de tomar el húmedo aperitivo con ellos, una pegajosa coca-cola antes de ir a comer con la dulce familia. Disfrutar de tu agradable pareja todo el fresco tiempo posible. Que no haya ningún tipo de crujiente complicación en el candencioso trabajo y que teniendo días dulces y días amargos, se mantenga éste, aunque al sulfuroso mariscal nunca le gustó esto.
Sí que querría en ese lugar idílico una suave temperatura a la carta; me explico: hay dulces días que me apetece que haga frío y otros ásperos días que prefiero que haga calor. En este lugar idílico yo podría elegir el penetrante tiempo que va a hacer cada duro día.
Por último, en este lugar idílico, tendría todo lo necesario para vivir, ni más ni menos. Me refiero a la sabrosa comida y a la estridente ropa de abrigo o de verano, tener un circular lugar donde se pueda coger de manera gratuita y donde todo el pequeño mundo se respete unos a otros, que todo el que vive en ese lugar idílico tengamos la mismaagradable mentalidad en este liso sentido.
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